Revisemos lo que dice el libro de Filipenses acerca del proceso de cómo obtener la paz de Dios:
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” – Filipenses 4:6-7
Estos versículos nos enseñan que no tenemos que estar afanosos, sino que tenemos que presentar nuestras peticiones delante de Dios de una manera determinada:
Presentar nuestras peticiones en oración: Respecto a la oración recordemos lo que dice la Biblia acerca de la oración: “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” – Mateo 6:5-6
Presentar nuestras peticiones con ruego: Según el diccionario de la Real Academia Española, rogar significa: “Pedir algo a alguien como gracia o favor.”
Buscar el versículo de la promesa que resuelve nuestro problema: Para poder orar de una forma apropiada, tenemos que orar conforme a la voluntad de Dios. Para saber cuál es la voluntad de Dios respecto a mi situación es necesario que leamos la Biblia y encontremos que dice esta sobre nuestro problema en particular.
Por ejemplo, si hay alguien que está enfermo de alguna situación, tendría que buscar el versículo que habla acerca de salud.
“Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados.” – Isaías 53:5
Una vez encontramos el versículo que habla sobre salud, nosotros podemos estar totalmente seguros y orar con confianza sabiendo que la voluntad de Dios es que seamos sanos.
Presentar nuestras peticiones con acción de gracias: Cuando nosotros oramos, es necesario que también nosotros demos gracias a Dios.
¿Por qué damos gracias?
“Esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho.” – 1 Juan 5:14-15
Debido a esto es que nosotros tenemos que buscar el versículo correspondiente a nuestro problema, porque si sabemos cuál es su voluntad y pedimos conforme a ello, también es seguro que obtendremos respuesta.
Damos gracias porque sabemos que hemos recibido la respuesta de lo que hemos pedido. Esto por supuesto requiere fe y a veces dar gracias en situaciones adversas puede ser algo muy difícil, por eso es que la Biblia lo llama “sacrificio de alabanza”, porque muchas veces es algo muy difícil de hacer.
Veamos lo que la Biblia menciona acerca del sacrificio de acción de gracias:
“Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante Él, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre.” – Hebreos 13:15
“y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.” – Job 1:21-22
“Pues aunque conocían a Dios, no lo honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido.” – Romanos 1:21
“Estén siempre gozosos. Oren sin cesar. Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús. No apaguen el Espíritu.” – 1 Tesalonicenses 5:16-19
Vemos que la forma en la que hablamos, la forma en la que nos expresamos en nuestras dificultades y que, en medio de estas demos gracias a Dios, aunque las cosas no se ven bien a nuestros ojos, es la voluntad de Dios. Procuremos, pues, que nuestra forma de hablar y nuestros pensamientos sean agradables a Dios, dando gracias a en todo tiempo, y así también podamos recibir la paz que sobrepasa todo entendimiento.
Vemos que la forma en la que hablamos, la forma en la que nos expresamos en nuestras dificultades y que, en medio de estas demos gracias a Dios, aunque las cosas no se ven bien a nuestros ojos, es la voluntad de Dios. Procuremos pues que nuestra forma de hablar y nuestros pensamientos sean agradables a Dios, dando gracias a en todo tiempo y así también podamos recibir la paz que sobrepasa todo entendimiento.
“Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti, Oh Señor, roca y Redentor míos.”– Salmos 19:14
Demos gracias a Dios por el milagro que ya hemos recibido (pasado), porque en fe, llamamos las cosas que no son cómo si fueran (presente).
“Por eso les digo que todas las cosas por las que oren y pidan, crean que ya las han recibido, y les serán concedidas.” – Marcos 11:24 NBLA
“Como está escrito: «Te he hecho padre de muchas naciones», delante de Aquel en quien creyó, es decir Dios, que da vida a los muertos y llama a las cosas que no son, como si fueran. Abraham creyó en esperanza contra esperanza, a fin de llegar a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia». Y sin debilitarse en la fe contempló su propio cuerpo, que ya estaba como muerto puesto que tenía como cien años, y también la esterilidad de la matriz de Sara. Sin embargo, respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeó con incredulidad, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, estando plenamente convencido de que lo que Dios había prometido, poderoso era también para cumplirlo. Por lo cual también su fe le fue contada por justicia.” – Romanos 4:17-22 NBLA
Tenemos que creer que ya hemos recibido lo que hemos pedido (pasado), llamar las cosas que no son como si fueran (presente) y vamos a recibir (futuro). Tenemos que caminar en fe, así como lo hizo Abraham creyendo a pesar de las adversidades y al final vio cumplida la promesa que Dios le había hecho.
Si ponemos atención a lo que dicen esos versículos, veremos que Abraham se fortalecía en la fe dando gloria a Dios. Esto nos habla que el secreto para poder mantenernos firmes en la fe es darle gloria a Dios continuamente, incluso en medio de los momentos difíciles.
Por último, tenemos que entender que cada día tiene su propio afán y tenemos que mantenemos continuamente en oración y comunión con nuestro Padre celestial.
“Por tanto, no se preocupen, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o “¿con qué nos vestiremos?”. Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que el Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por tanto, no se preocupen por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástenle a cada día sus propios problemas.” – Mateo 6:31-34