Caminando Con Abba

Una vida de la mano con el Espíritu Santo

Trabajo en equipo en el matrimonio – Parte 1

En esta ocasión quisiera babarles acerca de cómo el matrimonio se diseño originalmente para ser un trabajo en equipo entre el hombre y la mujer.

Hoy en día, muchas personas tienen ideas equivocadas de lo que es el matrimonio o cómo se debe de llevar. Si bien el matrimonio es un tema muy amplio, el trabajo en equipo es algo crucial.

Versículo base:

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforma a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las eves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. ” – Génesis 1: 26-28

En estos versículos, vemos la idea original que que Dios tenía para el hombre y la mujer: a ambos les dio la tarea de señorear la tierra.

Fue hasta después de la caída de Adán y Eva que esta tarea se complicó. Si a ambos tenían la tarea, entonces tenían que estar de acuerdo.

“¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” – Amos 3:3

Aquí se nos habla que para andar dos juntos, es necesario que estén de acuerdo, y por eso quiero hablar de la comunicación.

En cualquier relación, ya se de trabajo, de amigos, familia y matrimonio, la relación se basa en la comunicación y confianza. El primer paso para tener relaciones sólidas, y en este caso un matrimonio sólido, es poder hablar con su pareja tranquilamente, abiertamente y llegar a acuerdos.

Veamos qué dice la Biblia al respecto:

“y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, no se avergonzaban” – Génesis 2:25

Podemos ver este versículo cómo algo físico, pero quisiera verlo del punto de estar desnudos del corazón y no sentir vergüenza.

Para mí, estar desnudos quiere decir que ellos podían hablar de cualquier cosa y de cualquier tema con total transparencia y libertad.

Procuremos que en nuestros matrimonios tengamos una buena comunicación con nuestros cónyuges. Procuremos que en medio de nuestras ajetreadas y corridas agendas no falten los tiempos para poder hablar.

El problema más grande los matrimonios es la falta de comunicación. Procuremos, por muy cansados que estemos, tomarnos un tiempo para escuchar lo que nuestra pareja tenga que decirnos. A veces nuestra pareja va a querer, por ejemplo, contarnos cómo estuvo su día, un problema con el trabajo o algún otro tema; procuremos que nuestra pareja se sienta escuchada y que su opinión es valorada por nosotros.

Van a haber momentos de hablar y expresar nuestras ideas y opiniones, pero también deben de existir los tiempos para escuchar y ser comprensivos. No se trata solo de escuchar y no ponerle importancia a lo que se nos está diciendo, sino prestar atención atentamente a lo que se nos dice.

Es bueno tomarse el tiempo de salir de vez en cuando, un ejemplo sería una vez a la semana o cada dos semanas, solos, es decir solamente con el cónyuge, para poder platicar y tocar algunos temas que se quieran discutir.

No vengo a darles una receta estricta que seguir, pero sí a enfatizar que la comunicación es algo muy importante, y por eso debería de ser un pilar fundamental en sus relaciones, principalmente en su relación matrimonial.

Si vemos más adelante en la historia, cuando Eva come del fruto y desobedece a Dios, no se menciona en la Biblia que ella haya consultado o hablado con Adán al respecto.

“Y vi la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó del su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.” – Génesis 3:6

Aunque no está escrito, yo me imagino que si Eva no hubiera comido del fruto justo después que habló con la serpiente, sino que hubiera ido con Adán para hablar al respecto de lo la serpiente dijo, existe la posibilidad de que Adán hubiera hecho entrar en razón a Eva al decirle que no era una buena idea el desobedecer a Dios.

Si bien esto es sólo una posibilidad, la Biblia menciona que en la multitud de consejos hay sabiduría. Entonces si Eva hubiera consultado con Adán, al menos hubiera tenido una segunda opinión.

“Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad.” – Proverbios 11:14

“Porque con ingenio harás la guerra, y en la multitud de consejeros está la victoria.” – Proverbios 24:6

Lo correcto es que ambos puedan hablar de las decisiones que tomen y ponerse de acuerdo sobre lo que van a hacer. También es algo superimportante, algo fundamental, no dejar a Dios de lado y tomarlo siempre en cuenta en cada área de nuestra vida.

“Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida” – Génesis 3:16

Aquí vemos que Dios castiga al hombre por escuchar lo que le dijo su mujer. No se refiere a que estuvo mal escucharla, sino poner lo que ella le dijo por encima de lo que Dios había dicho. Lo más importante en todo momento es que Dios sea nuestra prioridad y no podemos tomar una decisión con nuestro cónyuge que vaya por encima de lo que Dios dice. Recordemos lo que la Biblia nos muestra al respecto:

“Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.” – Mateo 22:36-37

El principal mandamiento en las escrituras es amar a Dios sobre todas las cosas, incluso sobre nuestro cónyuge. Si bien amar a nuestro cónyuge es algo sumamente importante, el primer lugar en nuestro corazón siempre tiene que ser Dios, y si amamos a Dios también le obedecemos.

“Si me amáis, guardad mis mandamientos.” – Juan 14:15

Para poder amar de manera correcta a nuestro cónyuge, tenemos que amar a Dios más que a nuestra pareja, incluso si esto llega a sonar contradictorio al principio. Vemos un ejemplo de esto con cristo: Él decidió obedecer al hacer la voluntad del Padre antes que la suya, y por lo tanto, amó a la iglesia de manera correcta.

“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,” – Efesios 5:23

Tener a Dios como el centro de nuestro matrimonio es lo que va a darnos la base sólida para pode construir una relación. En una construcción, algo crucial y fundamental es la base sobre la que se va construir. Si la base está bien, podemos construir con seguridad; de lo contrario, podemos tener problemas. Un ejemplo de esto es la Torre Inclinada de Pisa.

“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.” – Mateo 7:24

Conclusión:

La relación con Dios y tener a Dios como el centro de nuestro matrimonio es la base sobre la cual construiremos nuestra relación, y la comunicación con nuestro cónyuge es un pilar fundamental de la misma. La comunicación en nuestro matrimonio nos ayuda a caminar de acuerdo, tener menos discusiones y evitar problemas, que escuchando el consejo de nuestra pareja, podríamos evitar.